Salmo 128:1-2 - Reflexión: La Clave del Éxito en el Trabajo y una Oración a Dios

Esta página sobre el "Salmo 128:1-2 - Reflexión: La Clave del Éxito en el Trabajo" es para ti que quieres que todo te vaya bien en tu puesto laboral con la bendición de Dios.

Ya sea que eres empleado de una empresa, o que eres un profesional independiente, tú quieres que tu bendición venga de la mano del Señor.

Nosotros que somos gente de fe no queremos una prosperidad barata y llena de pecado, como los que roban, estafan y engañan en sus puestos laborales.

Nosotros no podemos tolerar ni concentir ser parte del maligno SOBORNO, ¡no! eso no es con nosotros los cristianos.

Ahora bien, llevar el título de cristiano no es sinónimo de éxito, es necesario hacer un trabajo profesional excelente para poder ser competitivos.

Pero llamativamente, hay muchos cristianos que no prosperan en sus puestos de trabajo.

Una posible explicación de esto es porque en el corazón hay dos intenciones diferentes:

1. Amamos a Dios,

2. Amamos a las Riquezas.

El mismo Jesucristo advirtió sobre esto cuando dijo:

"Nadie puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas." - Mateo 6:24

Si el Espíritu de Dios detecta que somos capaces de hacer cualquier cosa (soborno, robo, engaño, estafa) para tener riquezas, entonces el apoyo de Dios se frena.

Algunos cristianos quieren manipular a Dios asistiendo a la iglesia los domingos y dando una monedas en la canasta de la ofrenda; pero luego, de lunes a sábado, hacen operaciones ilegales para obtener riquezas y pretenden que Dios les cubrirá las espaldas.

Eso definitivamente NO tendrá el apoyo de Dios y la Biblia advierte: "No se engañen. Dios no puede ser burlado..." - Gálatas 6:7a.

Si te sientes acusado por algo de esto, entonces haz esta oración para pedir perdón a Dios:

Padre Celestial,

Perdóname por haber (menciona el pecado que cometiste) aceptado un soborno, robado, engañado y/o estafado a alguien.

Me arrepiento de mi error y prometo que no lo volveré a hacer.


Espíritu Santo, ayúdame a devolver lo que no me pertenece.

A partir de hoy no haré lo que está mal, sino solo lo correcto.

Así será en el nombre de Jesús, amén

Muy bien, ahora que has quitado el pecado de tu vida laboral, puedes proyectarte a un nuevo inicio con la bendición de Dios.

Esa bendición está oculta en el Salmo 128.

Llamativamente hay mucha gente que usa este Salmo para orar y pedir la bendición de Dios en su trabajo, pero la mayoría solo lee el versículo 2 y no le presta atención al versículo 1, y justo ahí está el secreto para la bendición del Cielo.

Leamos lo que dicen estos dos pasajes bíblicos:

"1. Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.

2. Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien."

Ahora pongamos atención exclusiva al versículo 1.

Ahí dice: "Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos."

"Bienaventurado" significa: afortunado, feliz, dichoso, contento, alegre, satisfecho; es decir, a una persona que teme a Jehová Dios le irá bien.

"Temer a Dios" es aborrecer el mal según Proverbios 8:13. Aborrecer por su parte, es: Detestar y Odiar.

"Andar en los caminos de Dios" significa tomar decisiones en la vida que te mantengan haciendo lo que al Señor le agrada, conforme se describe en toda la Biblia.

El versículo 1 podemos decirlo en estas palabras más sencillas: Feliz será toda persona que odia el mal, y que hace lo que le agrada a Dios.

Si vives tu vida aborreciendo todo lo que es malo, y por tanto NO practicando el pecado; y si vives tu vida haciendo todo lo que tú sabes que le agrada a Dios, ENTONCES, se cumplirá en ti la bendición del versículo 2.

Recordemos lo que dice el versículo 2: "Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien."

Esto es lo que todos queremos, que el fruto de nuestro trabajo se pueda ver en:

- Mesas llenas de buena comida,

- Que nuestros seres amados puedan disfrutar de comer bien con nosotros,

- Que invitemos a los amigos, que podamos tener suficiente para que no le falte alimento a nadie,

- Y si vemos a los necesitados, que también tengamos para compartir con ellos.

¡Qué muchas bocas podemos llenar con la bendición de Dios!

Si nosotros salimos satisfechos de una buena comida en nuestra mesa, y si otros también salen satisfechos con nosotros, ¡qué felicidad!

Pero la bendición de Dios NO termina ahí, continúa con: "... bienaventurado serás, y te irá bien".

Esto significa que serás afortunado, feliz, dichoso, estarás contento, alegre y satisfecho en todo lo que tu trabajo producirá.

Tu dinero será suficiente para que puedas tener:

- Un buen techo bajo el cual dormir,

- Un vehículo con el cual transportarte,

- Para pagar medicamentos y hospital si así lo necesitas,

- Para pagar el estudio de tus hijos,

- Para pagar tus deudas,

- Para comprar ropa nueva,

- Y todo lo que precisas para tener una vida digna.

Entonces, si estás de acuerdo con nosotros en todo esto, ora así...

Padre Celestial,

Por favor guíame con tu Espíritu Santo en este buen camino del éxito.

Yo quiero tu bendición porque en ella NO hay tristeza, sino paz y gozo.


Espíritu Santo ayúdame a vivir bajo el temor de Dios.

Enséñame a tomar buenas decisiones para desechar todo pecado y solo hacer lo que es correcto ante el Señor.

Guíame en los caminos de Dios, quiero andar por las sendas de la verdad y la rectitud así como a Él le agrada.


Yo quiero tu bendición en mi trabajo oh Señor.

Quiero que en mi mesa haya todo tipo de bendiciones y que nada falte.

Quiero que me vaya bien en todos los trabajos que yo haga.


Ayúdame y bendíceme te lo ruego, quiero solo el éxito que tú puedes dar.

Te lo pido en el nombre de Jesús,

Amén

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Sigue este enlace para leer:

La Oración Principal del Trabajo

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¡Qué bueno que has leído el "Salmo 128:1-2 - Reflexión: La Clave del Éxito en el Trabajo y una Oración a Dios"!

Pero si esta es la primera vez que estás orando a Dios, entonces te invitamos a hacer una oración muy importante que no solo bendecirá tu presente, sino también tu futuro, incluso tu eternidad; haz hoy...

La Oración #1

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